dejar de pendular sobre un vientre templado de sabor salado y color gastado...Perder el control de el vai-ven dominguero y gratamente agradable; caerme sobre la almohada repetitivamente, de manera torpe (como siempre) y babear un hombro vecino en la siesta...perder altura en una conversación invertrebrada e incansable, donde los rizos caigan a jasjas como alfileres sobre el asfalto....dejar de buscar guiños debajo de un brazo que explota en carcajadas tempranas. Saltar sobre la cama mojada en sudor para después saludar con la mano espasmotica y de dedos lechosos. Bailar ventosa por la cocina y engordar las caries con cerveza y chaskis crujientes....
no se puede: dios que buena vida.
1 comentario:
brindo por esa!!
qué tal todo después del paso de los titiriteros? me hubiera molao pasarme... bj
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